En el caso de usar pescado congelado, sacalo del frigorífico y ponlo a descongelar bastante tiempo antes de comenzar a hacer la fideua. Si se te olvidó, puedes o bien ponerlo debajo de agua caliente o ponerlo al microondas (en modo descongelar) durante unos minutos. Una vez tengamos listos los ingredientes (ya sean frescos o congelados) se limpian con agua. Para poder freír los ingredientes es necesario cortarlos en tamaños adecuados. Se comienza por cortar la cebolla. Se quita la piel exterior y se corta el resto en pequeños cubos. El ajo se corta en laminas finas.
Después de cortar la cebolla se corta la sepia o pota. Primero se le quita a la sepia el pico. Éste se tira. Luego se corta la sepia en tiras cortas pero gordas cómo se puede ver en la fotografía.
A continuación, con unas tijeras, se le cortan las antenas a las gambas. A la hora de decorar la fideua y de servir y comerla suelen molestar bastante por lo que se quitan. El resto de la gamba se queda entero. Se dejan también las cabezas. Éstas le darán mucho sabor a la fideua. Ahora toca cortar el pescado (mero o emperador). A éste se le quita primero la piel y las espinas para después cortarlo también en trozos uniformes. La forma debe ser más o menos cómo la de los trozos de sepia sólo con un poco más de grosor. Lo del grosor es importante para que a la hora de comer la fideuá se note que realmente hay trozos de pescado en la fideua. Es decir, se usan ingredientes buenos y no “restos” de pescado. Cómo último paso queda preparar los mejillones. Cómo normalmente de usan mejillones congelados, éstos estarán ya abiertos. Sólo queda quitar los restos de algas que puedan tener éstos. Si se usan mejillones frescos no se suele hacer nada aquí porque estarán cerrados.
A continuación se vierte un poco de aceite de oliva virgen a la paella y se pone ésta a fuego fuerte. Ahora sólo queda esperar a que el aceite se caliente para dar el siguiente paso que será freír los mariscos.